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El creador del Circo del Sol, Guy Laliberté, ha acordado la venta a un conglomerado de empresas de la mayor parte del Cirque du Soleil, la mayor compañía de producción teatral del mundo, por alrededor de 1.500 millones de dólares (1.395 millones de euros).

El conglomerado está formado por la firma de capital privado TPG Capital LP y Fosun Capital Group, propiedad del conglomerado chino Fosun International Ltd, según ha informado el diario canadiense «Globe and Mail» citando fuentes cercanas. Asimismo, el segundo fondo de pensiones de Canadá, Caisse de dépôt et placement du Québec, también podría comprar una participación del 10%, si bien las negociaciones aún están en curso.

Laliberté posee el 90% de la sede en Montreal, Cirque du Soleil, que es conocida por sus espectáculos acrobáticos. El empresario y fundador de la compañía seguirá manteniendo una participación del 10% tras el acuerdo.

La venta del Circo del Sol pone punto y casi final a una increíble aventura iniciada hace poco más de 30 años por Guy Laliberté, entonces un artista callejero y dos amigos de Montreal (Canadá).

Cuando Laliberté, Gilles Ste-Croix y Daniel Gauthier crearon en 1984 el Circo del Sol, el primero era un comedor de fuego y los dos últimos gestionaban un hostal para jóvenes artistas callejeros en la provincia canadiense de Québec. Y, aunque el excéntrico multimillonario Laliberté, conocido también por su afición al póquer profesional y por ser uno de los primeros turistas espaciales, se ha convertido con el paso de los años en el «alma mater» del Circo del Sol, la verdad es que fue Ste-Croix quien tuvo la idea original.

Según el propio Ste-Croix contó en una entrevista en 2009 a la revista «Coast», tras vivir en una comuna hippie en 1979 y trabajar recogiendo manzanas, decidió crear un grupo de artistas callejeros, aunque para ello necesitaba una subvención del Gobierno de Québec. Para lograr la ayuda pública, Ste-Croix se calzó unos zancos, los mismos que había intentado utilizar para recoger manzanas con más eficacia, y protagonizó una caminata de cerca de 100 kilómetros de ciudad en ciudad.

«Así que me dieron 75.000 dólares para empezar mi grupo callejero. Y, en 1982, empezamos a actuar en una pista, a la que cubrimos con una gran carpa, en lo que fue el inicio del Circo del Sol», explicó Ste-Croix. Ese éxito inicial permitió a Ste-Croix, Laliberté y Gauthier recibir más subvenciones públicas y convertir en 1984 el grupo inicial, llamado Les Echassiers de Baie-Saint-Paul, en un circo real, el Circo del Sol. Ste-Croix también reveló que los primeros años del Circo del Sol fueron difíciles, «no fueron un gran éxito», pero todo cambió en 1987 cuando fueron invitados a actuar en el Festival de Los Ángeles.

Laliberté, que con el paso de los años se hizo con el control absoluto de la compañía comprando gran parte de las participaciones de Ste-Croix y Gauthier, ofreció una explicación diferente de los inicios del Circo en otra entrevista en 2011 a la revista «Fortune». «Yo fui capaz de conseguir nuestro primer contrato con el Gobierno por un millón de dólares. Fue un contrato, no un subsidio», dijo entonces.

Laliberté también señaló que él fue el quien negoció la presencia del Circo en el Festival de Los Ángeles, que supuso el gran éxito inicial de la compañía. «Yo llegué a un acuerdo, aceptando ir sólo si abríamos (el Festival). Y llené la sala con personalidades como Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger y ejecutivos de Columbia Pictures», declaró. «Fue -añadió el antiguo saltimbanqui- un gran éxito y en 1987 empezamos a hacer dinero».

Según una controvertida biografía no autorizada de 2009 y firmada por Ian Halperin, en los inicios del Circo, Laliberté se reveló como un inteligente hombre de negocios que resistió los intentos de grandes compañías por hacerse con el control de la empresa. Pero Halperin también alegó que, durante esos años, el mundo de Laliberté estaba dominado por drogas y sexo, algo que el fundador del Circo del Sol ha negado tras calificar al escritor como un «mentiroso».

Tras el éxito inicial logrado en el Festival de Los Ángeles, el Circo del Sol siguió teniendo problemas económicos y de dirección hasta que en 1993 Laliberté consiguió materializar su sueño de vincular su compañía con Las Vegas (EEUU), la capital del juego, con el estreno del espectáculo «Mystère».

A partir de ahí, el Circo del Sol creció de forma espectacular, llegando a tener centenares de artistas en decenas de espectáculos representados en casi 300 ciudades de todo el mundo. El mes próximo se estrenará en Madrid «Amaluna», una de las últimas creaciones de la compañía.

Y Laliberté pasó de ser un saltimbanqui callejero con 50 dólares en su bolsillo en 1979 a un multimillonario con una fortuna personal estimada en 1.900 millones de dólares, capaz de comprar en 2009 un asiento en la nave rusa Soyuz para ir como turista a la Estación Espacial Internacional.

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